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LANZAMIENTO DEL LIBRO 15 POEMAS ROSADOS PARA VIOLETA


AL OTRO LADO DEL ESPEJO



Oscar Schoonewolff Romero




Yo conozco esa mujer rota que se ha vuelto invisible tantas veces, desnudando la memoria de los libros que traen el aroma de una tarde de lluvia, en la neblina transatlántica que recorre las calles de Pamplona.

Tiene nombre de un blues ligero en la voz de Joe Cocker de los setenta. Nombre que rasga las palabras como arado que siembra días sobre la hoja blanca de papel, “como un pastor, conoce al viento y al sol” en la palabra de Pessoa. Johanna Marcela Rozo es de la palabra, de los secretos caminos donde un ángel viejo marchita sus alas por la rutina que mora a sus espaldas.

Ella sabe que el tiempo es esa trampa de almendras que lleva ligada a la muñeca y a su sueño de abrir los pétalos de la noche, en un mediodía de tormentas relampagueantes y cientos de mariposas llevándose de su piel las agujas punzantes que tejen sus pasos, que siguen al tigre de papel que ronda al tiempo en su armonía. Ella sabe que a ese viejo de pesadas alas le ha robado el día de tener el rostro como un retrato inmóvil y feliz.

Yo recuerdo ese día, porque ella en su voz de los secretos guardó en mí su asombro alucinado. No creo que sea necesario más testimonios, ya que se dio en una comunión inocente como los frailejones reciben el sol del páramo. Johanna sabe, que cuando tengo mis manos fuera de las palabras aprenden texturas vegetales, escudriñan sueños de un sol que descifra abecedarios cósmicos.

Creo, dice ella, en el amor libre y esperanzado donde el desatino del creador… lo permita. Estamos de acuerdo. Preferimos las llamadas malas compañías a escabrosas soledades. No desesperados, no fatigados, en el corazón del ser que se ama. En el ser que amó, mis más dulces manías, la más apasionada posesión del erotismo. Así, ella se desnuda frente a sus miedos, dejando que el instinto que florece de su sexo sea viento que se desborda.

Yo conozco de Johanna Marcela Rozo el fruto de la palabra en su mirar, donde florecen los poemas de su piel. Al otro lado del espejo nos espera. En sus manos un libro invisible que nos enseña lo que somos en el otro, con cientos de pájaros azules que broten de sus hojas, insistiendo en el milagro de la existencia. Donde el recuerdo se resiste al sufrimiento y el sexo de su amado es el camino por donde renace el canto de la vida. Ella es golondrina convertida en espejismo de mujer que renuncia a ser el inicio de un naufragio en la casa vacía de la historia. ¿De acuerdo?



Valle de los árboles, noviembre 22 de 2009.


 

Y LOS OJOS SE LE LLENARON DE LÁGRIMAS del libro Bocetos de un naufragio

Y LOS OJOS SE LE LLENARON DE LÁGRIMAS

Esta escondida la tristeza

en algún lugar oscuro

tiene en sus ojos

la expresión singular

del llanto que aún no quiere nacer

va de aquí para allá

viviendo debajo de los parpados secos

o de cristales húmedos por la neblina

cuando llega por la noche

congela la espina dorsal

y se aprieta fuerte en las rodillas

en el día aparece en el espejo

cuando la mujer desnuda ha decido no llorar

ella es una sombra humilde

escondida en una garganta ronca

o en un semáforo con esa canción de fondo

don’t cry… don’t cry.